Durante el Siglo XIX se empiezan a consolidar firmemente los conocimientos sobre la naturaleza de la electricidad y sus leyes fundamentales y es cuando se comienzan a dar los primeros pasos en la comunicación a distancia, concretándose de esta manera los orígenes de la electrónica. A finales de dicho siglo y comienzos del XX es cuando surgen los primeros instrumentos musicales en los que se aplica ésta tecnología: el theremin, el hellertión, el generador de ondas Martenot, o el sintetizador (su versión más antigua: thelharmonium), aunque este se popularizo a partir de la década de los 60; por tanto tenemos el primer auge de la música electrónica durante el primer tercio del siglo, aunque pronto se pierde el interés por ella y hay que esperar hasta mediados de siglo (finales de los 40 y sobre todo durante la década siguiente) para que Karlheinz Stockhausen en colaboración con el Estudio de Música Electrónica de Radio Oeste de Colonia volvieran a dar un nuevo impulso a la Música Electrónica y emergieran otros géneros que bebían de estas fuentes.
En 1948 en el Club d'Essai de la Radio Televisión Francesa de París, Pierre Schaeffer produce y graba la primera pieza de música concreta "Étude aux chemins de fer”, en ella ensamblo sonidos grabados de ferrocarriles, silbatos, máquinas de vapor y otros. Es este mismo compositor quien acuña el termino música concreta, para definir una música hecha directamente con los sonidos. Esta grabación de sonidos concretos, objetos sonoros (no necesariamente musicales), organizados y con la posibilidad de ser tratados (variando velocidades de reproducción y de esta manera alterando el tono y el timbre, añadiendo reverb o eco, variando los volúmenes o sea la dinámica, etc) da lugar a este género.
La música Electroacústica, surge debido a la unión de la música electrónica que se venía haciendo en Colonia empleando sonidos generados electrónicamente, la música concreta y por último la tape music en la que trabajaba Vladimir Ussachevsky, Milton Babbit y Otto Luening (que fundaron el estudio de la música de Columbia), gracias al magnetofón se empezaron a realizar los primeros efectos secuenciales (loop y ecos conseguidos por repetición y bucles echos en las cintas).
Grabaciones fascinantes son: "Symphonie pour un homme seul " (por Schaeffer y su alumno Pierre Henry grabación sobre sonidos de la voz), la ya mencionada "Êtude aux chemins de fer" (por Schaeffer, basada en ruidos de trenes), "Telemusik" (de Karlheinz Stockhausen, donde intermodula material de música tradicional de casi todas las partes del mundo), por último algo más contemporáneo "Electric Couterpoint" (Steve Reich, donde se van superponiendo distintas líneas de guitarra).
3 comentarios:
Pero que bueno eres, ya me has picado!!!
Hola Ángel.
Sí que eres bueno. Ya decía yo "vaya tío cojonudo" nada más verte. Y encima te gusta Steave Reich, si es que....
Cuando me compré el disco donde aparece el tema "Nagoya marimba" (no estoy en Badajoz así que no puedo echar un vistazo al disco), flipé en colores. Se lo puse a nuestra amiga María José, que de música sabe un rato,por lo menos de la teoría,jeje, y me dijo que la primera parte, la de los vibráfonos con las voces tan chulas, sonaba a la música que se hacía en Notre Damme en la Edad Media. Miró los créditos, vio que el director de las voces era Paul Hiller (no sé si lo estoy escribiendo bien), y me dijo: "seguro seguro". Entonces flipé más todavía, y claro, me pasó unos discos de "Leonin" y "Perotin", y la misa de Guillermo de Macheaut (sigo sin saber si bien escrito).
Total que al final, siempre terminamos mirando hacia atrás, y a mí no me parece mal. La verdad es que no escucho mucho el tipo de música de la que hablas en el artículo, pero sí que me tuve que tragar, e incluso interpretar, música "Contemporánea". Es cuestión de gustos, pero los instrumentos deberían de ser un medio para provocar emociones, y en este tipo de música de la que hablas (excluyendo a Reich), hay veces que el instrumento es un fin último. Como los efectos especiales de una película. Si sirven para ensalzar el guión, bien, pero si vas a una peli donde sólo hay efectos especiales....
Pero estoy pensando en alto, no lo tengo claro, además si te gusta a tí, seguro que hay algo bueno detrás. Como dicen por aquí arriba, ya me has picado.
Por cierto, firmo con nombre y apellidos no por nada, sino porque creo, como dice nuestro ex-presidente Ibarra en su libro, que no hay libertad en el anonimato. Además tengo malas experiencias en esto de los blogs, ya sabes tú. Por cierto, nada que ver las críticas en Interfolk con las críticas anónimas (y no tan anónimas).
!Y Feliz Año, que se me olvidaba! Mucha suerte con todo, que te la mereces.
Saludos
Isra
¿Que tal Isra...?,aprovecho para felicitar el año desde aquí a los que tenéis el valor de seguir el Blogg.
Bueno comentarte que me conoces sobre todo en mi faceta más folki, pero escucho un poco de todo (aunque fundamentalmente música tradicional, jazz y música antigua o mezclas de estos géneros, aprovecho para contarte que entre los grandes conciertos que he podido disfrutar guardo una gran recuerdo del que dieron Jan Garbarek y el Hilliard Ensemble en el auditorio nacional de Madrid y en la misma sala otro de Randy Weston en trío, ¡¡que buenos!!).
Pues nada comentarte que Steve Reich es caso aparte, pero aún así hay gente como Terry Riley http://www.terryriley.com/audio.htm que bueno tampoco está mal. Bueno lo de la música sobre todo concreta me viene de una época en la que estuve estudiando en el CES de Madrid...(algo de radio, y grabación me tire entre el CEV y el CES tres añitos) yo muy jovencito y muy impresionable y el profe de acústica nos hacía mucha referencia a tener los oídos bien abiertos en todo momento, así que aprovechaba algunos viajes (desde Alcalá donde vivía hasta Madrid) para probar... ejercicio este jooodiiisimooo, pues tienes que mantener un importante nivel de concentración y encima en la calle, sin hacer nada especifico. Bueno la verdad que era un ejercicio por otro lado que provocaba adicción: intentar destacar una conversación en el tren, o el ruido de la catenaria (o como sea...), las puertas, pasos, más conversaciones, mensajes de estaciones o paradas, etc; cuando llegabas y salías a la calle se abría otra paleta de colores. Todavía hoy en día cuando salgo a patear al campo intento hacerlo, cada vez tengo peor oído ¡snif!... y mantengo menos la concentración, se me va la olla a otros lares (bueno que le vamos hacer!!!). Cuando empecé a seguir un poco a Jose Iges, empecé a tomar algo más de conciencia sobre la anarquía de los sonidos, el cambio de idea; no prima la armonía como tal o la melodía, es más importante el ritmo (muchas veces la carencia de él... pero... se mantiene el pulso, a veces perfectamente secuenciado otras totalmente aleatorio; y por otro lado los timbres). Bueno acabo, hoy por hoy sería incapaz de empezar a escuchar obras de música concreta y de hecho solo lo hago a veces, no todas captan mi atención (algunas consiguen provocarme hasta angustia, por lo tanto consigue uno de los objetivos de la música: emocionar, aunque esta emoción no sea de las más placenteras ¡jejejeje!). Vamos que creo que la ciencia de la combinación de los sonidos y la generación de estos es apasionante, aprovecho para recordar a Andres que sigo esperando algún artículo en el cual se anime a comentarnos sus esperiencias. Un Abrazo a todos!!!
Angel
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