Fruto de la colaboración entre Leo Brouwer y Humberto Solás (director cinematográfico), surgió este tema como parte de la banda sonora de la película del mismo nombre. Esto sucedía en torno al 1972, aunque otras fuentes datan la composición del tema en 1968. La versión original es escrita e interpretada en el film por guitarra, bajo, flauta y percusión; posteriormente el mismo Brouwer realizó la transcripción para guitarra sola, dejándola registrada en su disco "De Bach a los Beatles".
Un día de noviembre es un tema facil de encontrar en el repertorio de muchos guitarristas, es un tema relativamente sencillo y sin embargo con mucho encanto, una melodía de gran belleza y con un carácter nostalgico, tal vez haciendo referencia al contexto de la película, o al Otoño (esa estación que tenemos la suerte de tener en esta parte del globo). Brouwer compone este tema en el periodo musical (personal) que el denomina "Nueva Simplicidad" en el que busca formas muy simples, fijándose en la música popular principalmente, y contrapone en algunos momentos la tensión tomada de la música académica o incluso de vanguardia, buscando el contraste. No es tan evidente en este tema, por su excesivo carácter melódico (que tratándose de Leo Brouwer...) y tal vez motivado por el contexto en el cual se encuadra su composición. Aún así, conviene tener en cuenta que uno de los principios que el mantiene ante una creación, es el siguiente: "la busqueda que debe de hacer un creador en la música ante lo banal y lo manipulado", es decir, la combinación de elementos de carácter más superficiales, con aquellos de carácter más profundo, buscando un cierto equilibrio (es mi interpretación, y en la escucha de su obra se manifiesta este planteamiento). El mismo Brouwer considera esta pieza, como una obra funcional, que califica como "con distintas valoraciones, un poco la música de salón, la música de los bis, o la música fácil para ocasiones" (dentro de las subdivisiones que realiza de sus composiciones). En esta misma entrevista, realizada por Wistuba-Alvarez en 1989 (Revista de Música Latinoamericana) comenta: " Es un tema cinematográfico, filmico, elemental, hasta comercial si se quiere... obviamente" y continúa diciendo: " ... la diferencia con el mundo comercial está en la repetición de clisés, justamente para vender, a través de la repetición, esa especia de "confort" seudocultural que hay siempre en estos mundo comerciales."
En "Un día de Noviembre" se reconocen dos partes bastante diferenciadas. La primera, en A menor y con un carácter más "melancólico" compuesta por dos frases: A y B que se repiten en un ciclo continuo hasta dar paso a la segunda parte. Ésta tiene un sonido más "esperanzador", toma por momentos la tonalidad de A mayor, también con una constitución similar a la primera: dos frases que se repiten continuamente para volver de nuevo a la primera parte, con menos repeticiones y con la que finaliza la pieza. Después de pensarlo mucho, creo que la interpretación que realiza el mismo compositor, es claramente la más idónea y a su vez refleja claramente el carácter que la quiso dar. Aunque personalmente me quedo con alguna interpretación algo más lenta de tiempo y un poco más rubato como la que realiza Miguel Trápaga en su disco dedicado a la obra de Leo Brouwer.
Un día de noviembre es un tema facil de encontrar en el repertorio de muchos guitarristas, es un tema relativamente sencillo y sin embargo con mucho encanto, una melodía de gran belleza y con un carácter nostalgico, tal vez haciendo referencia al contexto de la película, o al Otoño (esa estación que tenemos la suerte de tener en esta parte del globo). Brouwer compone este tema en el periodo musical (personal) que el denomina "Nueva Simplicidad" en el que busca formas muy simples, fijándose en la música popular principalmente, y contrapone en algunos momentos la tensión tomada de la música académica o incluso de vanguardia, buscando el contraste. No es tan evidente en este tema, por su excesivo carácter melódico (que tratándose de Leo Brouwer...) y tal vez motivado por el contexto en el cual se encuadra su composición. Aún así, conviene tener en cuenta que uno de los principios que el mantiene ante una creación, es el siguiente: "la busqueda que debe de hacer un creador en la música ante lo banal y lo manipulado", es decir, la combinación de elementos de carácter más superficiales, con aquellos de carácter más profundo, buscando un cierto equilibrio (es mi interpretación, y en la escucha de su obra se manifiesta este planteamiento). El mismo Brouwer considera esta pieza, como una obra funcional, que califica como "con distintas valoraciones, un poco la música de salón, la música de los bis, o la música fácil para ocasiones" (dentro de las subdivisiones que realiza de sus composiciones). En esta misma entrevista, realizada por Wistuba-Alvarez en 1989 (Revista de Música Latinoamericana) comenta: " Es un tema cinematográfico, filmico, elemental, hasta comercial si se quiere... obviamente" y continúa diciendo: " ... la diferencia con el mundo comercial está en la repetición de clisés, justamente para vender, a través de la repetición, esa especia de "confort" seudocultural que hay siempre en estos mundo comerciales."
En "Un día de Noviembre" se reconocen dos partes bastante diferenciadas. La primera, en A menor y con un carácter más "melancólico" compuesta por dos frases: A y B que se repiten en un ciclo continuo hasta dar paso a la segunda parte. Ésta tiene un sonido más "esperanzador", toma por momentos la tonalidad de A mayor, también con una constitución similar a la primera: dos frases que se repiten continuamente para volver de nuevo a la primera parte, con menos repeticiones y con la que finaliza la pieza. Después de pensarlo mucho, creo que la interpretación que realiza el mismo compositor, es claramente la más idónea y a su vez refleja claramente el carácter que la quiso dar. Aunque personalmente me quedo con alguna interpretación algo más lenta de tiempo y un poco más rubato como la que realiza Miguel Trápaga en su disco dedicado a la obra de Leo Brouwer.