
La gran mayoría de los compositores, construyen sus obras conjugando los conocimientos musicales junto a la influencia de la inspiración, los sentimientos y sensaciones que la propia obra transmite; sin embargo, melodías racionales, se basa en la racionalidad, en la lógica, en la aplicación mecánica de una serie de estructuras conforme a unos principios. Su autor Tom Johnson, conjuga en esta obra experimentación (en su concepción), musicalidad, cierta sencillez y especificidad (cada melodía es distinta y autónoma). Según cuenta, cuando compuso esta obra en 1982, "realmente pensé que era simplemente escribir melodías"... en concreto 21, pequeñas piezas que oscilan entre uno y tres minutos, todas diferentes y que pueden ser tocadas por cualquier instrumento, siendo una obra que esta destinada para solistas (aunque también pueden ser interpretadas por ensambles, como es el caso del disco cuya portada ilustra esta entrada) y no es necesaria tocar todas...
Esta obra, como otras del mismo autor, se fundamenta en la atracción de las teorías de matemáticos como Euclides, Pascal o Fermat y la conexión con las notas musicales, y la posibilidad de que éstas pudieran llevar a la creación de obras de música pura. La obra invita en su escucha al analisis (a veces más sencillo, otras no tanto) de las estructuras lógicas sobre las que se asientan. Este enlace de un seminario en el que participó Tom Johnson, revela por el mismo autor, algunas de las claves de sus composiciones. La idea fundamental que desde mi punto de vista prevalece en la obra y que Tom Johnson buscaba en ella, era observar los resultados que determinadas teorías matemáticas, podían provocar en la composición de melodías. No es componer a través de las matemáticas... (¿o tal vez si...!?), ni perderse en la relación intrínseca de las matemáticas y la música, sino adaptar determinadas fórmulas matemáticas al lenguaje musical y escuchar sus resultados.
Esta obra, como otras del mismo autor, se fundamenta en la atracción de las teorías de matemáticos como Euclides, Pascal o Fermat y la conexión con las notas musicales, y la posibilidad de que éstas pudieran llevar a la creación de obras de música pura. La obra invita en su escucha al analisis (a veces más sencillo, otras no tanto) de las estructuras lógicas sobre las que se asientan. Este enlace de un seminario en el que participó Tom Johnson, revela por el mismo autor, algunas de las claves de sus composiciones. La idea fundamental que desde mi punto de vista prevalece en la obra y que Tom Johnson buscaba en ella, era observar los resultados que determinadas teorías matemáticas, podían provocar en la composición de melodías. No es componer a través de las matemáticas... (¿o tal vez si...!?), ni perderse en la relación intrínseca de las matemáticas y la música, sino adaptar determinadas fórmulas matemáticas al lenguaje musical y escuchar sus resultados.