20 de diciembre de 2011

Cesária Evora

La Reina de la morna
En casi menos de un mes, nos han dejado tres grandes Artistas: Paul Motian (22 de noviembre), Montserrat Figueras (23 de noviembre) y Cesária Evora (17 de diciembre). Siendo la ausencia de esta última la que más trascendencia ha tenido en los diferentes medios de comunicación, merecida debido a su gran talento, pero por otro lado deja en evidencia la menor relevancia (dentro de estos mismos medios) que tuvieron las otras dos importantes pérdidas, sobre todo cabe señalar la de Montserrat Figueras al ser una artista nacional, y lo lógico hubiera sido un mayor reconocimiento procedente de su tierra.  Y esto, tengo la impresión de que sucede, sencillamente porque atiende más a la notoriedad del artista que al reconocimiento de su obra. Y es ésta, su obra y el legado que afortunadamente podremos disfrutar, pese a su desaparición, lo que me anima a rendir sentido homenaje a estas tres grande figuras, por la genialidad de su obra, trascendencia y/o contribuciones en el mundo de la música... independientemente de géneros y popularidad, y aprovecho para dar comienzo con Cesária por estar todavía muy reciente su pérdida.

Encuentro en la carrera (y vida) de Cesária Evora muchos puntos de encuentro, o paralelismos con otros grandes artistas, principalmente con Billie  Holiday y Compay Segundo. Con Billie, tal vez su "forma de cantar", de transmitir su música cargada de melancolía y sufrimiento; también comparten vidas complicadas, que con toda seguridad se manifiesta en su canto... a través de sus voces y sus canciones. Las similitudes con Compay Segundo pueden venir dadas por constituir ambos parte de ese género denominado músicas del mundo o world music... (¡esto da para escribir también alguna entrada!) ya que mediante este "nuevo estilo" de finales del siglo pasado, se dan a conocer grandes artistas procedentes de diferentes latitudes, con una dilatada carrera en sus países de origen y con cierta edad, que tal vez para los cánones comerciales no era la más adecuada, sin embargo, apostar por figuras consolidadas en sus países de origen, favorecía la implantación de este género (hoy en día la tendencia posiblemente sea la inversa, una vez consolidado) así llegamos a conocer a Compay Segundo y a Cesária Evora, tan solo por citar dos de los ejemplos que mayor popularidad han conseguido en nuestra tierra. Ambos consiguieron ser reconocidos con premios grammy en alguna de sus obras Voz d'amor (C. Evora) y Buena vista social club (R. Cooder, C. Segundo, I. Ferre, E. Ochoa y R. González); ambos se convirtieron en abanderados de la música de sus respectivas islas, con unas carreras que habían empezado de muy jóvenes tocando, ya fuera en las tabernas o en los clubs de su tierra natal.



Sodade es posiblemente uno de los temas más celebres de La diva de los pies descalzos y deja bien a las claras muchas de las cualidades y de las características de su obra. Otro de los temas por los que siento debilidad es el que compuso Pedro Guerra y Luis Pastor: Tiempo y Silencio, canción que aparecía en el disco del 98 de Luis Pastor, Por el mar de mi mano, que en la interpretación de Cesária adquiere, aún si cabe, mayor sentido.




Y para acabar con este pequeño homenaje a Cesária Evora, aprovecho esta Mar de canal que apareció  en su disco Voz de a'mor, y en la que se siente la morna caboverdiana por todos los costados.

5 de diciembre de 2011

Always Look On The Bright Side Of Life


Mira siempre el lado brillante de la vida
Hay cosas malas en la vida
que pueden volverte loco,
otras te hacen jurar y maldecir.
Cuando muerdas en hueso a la vida,
no te quejes, solo silba.
Eso ayudará a que las cosas mejoren.

Y... mira siempre el lado brillante de la vida...
... Mira siempre el lado luminoso de la vida...



Si te parece que la vida apesta,
hay algo que se te olvidó,
y eso es reir, sonreir,
bailar y cantar.
Cuando estés deprimido
no seas tonto,
junta los labios y silba.


Y... mira siempre el lado brillante de la vida...
... Mira siempre el lado luminoso de la vida...


Always Look... es un tema compuesto por Eric Idle, digamos que el músico de los Monty Python. Es el tema con el que acaba La vida de Bryan y según cuentan fue concebida como parodia del estilo de canciones de la factoría Disney.